La malla empresarial del país está en cuidados intensivos y su reactivación no da espera. Diez por ciento de las empresas tendrán que “echarse al hombro” la reactivación del país. Sin embargo, este porcentaje podría pasar a 13 por ciento, si se trabaja de manera regional.
La reactivación económica no da espera. Si bien hace unos meses la gran preocupación era como protegernos frente a una enfermedad que no sabíamos cómo manejar, y aún no sabemos, y no teníamos como atenderla, hoy la atención, al menos de muchos, debería estar en cómo reactivar la economía.
Es cierto que el gobierno, la banca multilateral los centros de pensamiento, han puesto sus equipos a pensar en esto. Y sin duda hay importantes planteamientos. Un poco convencionales y ortodoxos desde mi punto de vista, pero muy valiosos, sin lugar duda.
Sin embargo, estas estrategias deberían tener presente las condiciones de las empresas y las regiones, sobre todo de aquellas que deberán liderar esta batalla contra la recesión. En una guerra, los ejércitos deben cuidar a sus mejores escuadrones de soldados. Las empresas son eso, nuestros soldados, lo que lucharan por generar y empleo y recobrar nuestra economía.
Un trabajo muy interesante desarrollado por Jaime Bonet, investigador del Banco de la República, calculo un Índice de Vulnerabilidad Económica basado en la generación de empleo y las medidas dadas por el gobierno, llamó la atención sobre el efecto diferencial que estas medidas podrían tener en los sectores.
He cruzado este índice con el Directorio Estadístico Empresarial del Dane, con el fin de identificar la sensibilidad de la malla empresarial del país frente a estas medidas, encontrado que 60.6 por ciento de la malla empresarial del país es altamente vulnerable a las medidas económicas, y que sólo 4.7 por ciento presentan una baja vulnerabilidad. En pocas palabras, el 10 por ciento de las empresas del país, si sumamos aquellas de baja, media baja y media vulnerabilidad, tendrán que echarse al “hombro” la reactivación del país.
Esta realidad, ya difícil de procesar, es aún más compleja cuando se mira la situación, departamento por departamento. En promedio, 6.6 por ciento de la malla empresarial de los departamentos tienen una baja vulnerabilidad, resaltándose Cordoba con 11 por ciento. Pero regiones como Bogotá y Bolivar, tienen una mayor cantidad de empresas en zonas de alta o media-alta vulnerabilidad. Información que sin duda deberían tener presenta las administraciones, ya que sus medidas no pueden ser ajenas a la realidad de su malla empresarial.
Lo anterior se hace más grave si traemos a colación el promedio de empresas que tiene el país por cada mil habitantes, 10.8 según mis cálculos. Sin embargo, existe una gran diferencia entre los municipios de categoría especial (grandes urbes) y los pequeños. En los primeros este promedio es de 50.3 empresas por cada mil habitantes, mientras que en los pequeños es de 9.2. En otras palabras, la desigualdad regional también pasa la factura en el momento de reactivar la economía.
Esta desigualdad podría ayudar a identificar oportunidades en la reactivación, siempre que se piense como región. Comparando el porcentaje de empresas con bajo riesgo entre los departamentos y las subregiones funcionales (agrupaciones de municipios usada por el DNP en plan de desarrollo), se encuentra que estas agrupaciones, tienen 30 por ciento más empresas, que podrían colaborar con la reactivación. Esto permitiría sugerir como alternativa para los municipios y los departamentos, pensar en estrategias de reactivación subregionales, las cuales podrían aprovechar los beneficios de las economías de escala y la mayor amplitud de mercado.
En conclusión, la malla empresarial se ha visto muy afectada por las medidas del control al virus del covid, pero pensar en estrategias regionales, que reconozcan las características y potencialidades del territorio, podrían ayudar a la reactivación económica del país. De manera que se podría pensar de un 10 por ciento a un 13 por ciento de las empresas del país que puedan asumir el liderazgo de reactivar la economía.
Ahora bien, el gobierno debería tener presente a estas empresas para ayudarlas, pero teniendo en cuenta que lo más importante en estos momentos es trabajar en recuperar la confianza del consumidor. Sí el consumir no tiene las garantías de no contagiarse, la demanda no se reactiva, y por ende la oferta no tendrá quien la consuma.
En pocas palabras, es recomendable que el gobierno: 1) enfatice la ayuda a aquellas empresas que tenga mejores oportunidades durante la reactivación; 2) diseñe un paquete de ayuda a las empresas que tienen mayor vulnerabilidad para que redefinan su modelo de negocio; 3) promueva el trabajo articulado entre los municipios de cara a la reactivación; y 4) fortalezca las medidas que recuperen la confianza del consumidor.