La paz es fruto de la justicia

La sala de juntas Donaldo Ortiz Lozano S.J.: un legado inspirador

Recientemente, nos llenó de orgullo inaugurar la Sala de Juntas Donaldo Ortiz Lozano S.J., en honor a aquel jesuita, próximo a cumplir 90 años y que nos ha dejado una huella imborrable en las vidas de muchos Bartolinos de las décadas de los setenta y ochenta, así como en los odontólogos de la Javeriana y los egresados del San José de Barranquilla, entre otros antiguos alumnos de la Compañía de Jesús.

Me enfrento a la tarea de escribir sobre alguien que apenas conozco, consciente de que muchos otros lo conocen mucho mejor que yo. Sin embargo, me esfuerzo en ofrecer una visión de quién fue Donaldo a través de los ojos de un forastero que recorrió los pasillos del San Bartolo, de la Javeriana y que estuvo al frente de ASIA. Aunque nunca estuve directamente bajo su tutela, he sido testigo de su impacto en la vida de quienes sí lo estuvieron.

Recuerdo los años setenta cuando ingresé al colegio y pude disfrutar del magnífico Coliseo Carlos Enrique Ortiz S.J. Nunca supe quién fue el Padre Carlos Ortiz, hasta años más tarde, cuando descubrí que estaba relacionado con mi familia política. Sin embargo, desde mis primeros días en el colegio, escuchaba hablar del Coliseo y de cómo en los setenta, bajo la dirección del Padre Donaldo, los estudiantes ayudaban en su construcción llevando ladrillos. Con esas acciones, el nombre de Donaldo ya resonaba como sinónimo de autoridad, disciplina y perseverancia.

La construcción del Coliseo, ha sido, sin duda, el sello mas indeleble del paso de Donaldo por el Colegio. Alla jugamos, ganamos partidos, hacíamos bingos -bailables-, nos graduaron y nos confirmaron. También, tuvimos la ocasión de ver y escuchar las propuestas políticas de grandes personajes que dieron todo por nuestro país, recuerdo a Alvaro Gomez Hurtado (q.e.p.d) y a Luis Carlos Galán (q.e.p.d). Esos ladrillos, inaugurados en 1973, con la presencia del entonces Presidente Misael Pastrana (q.e.p.d), han sido testigos de grandes historias.

Su paso como Director de Estudios dejó otras huellas importantes, como la Biblioteca “San Pedro Claver”, que desde 1978 ha sido un faro de conocimiento, y la sede social, lugares emblemáticos en nuestra formación.

En los años ochenta, los bartolinos desarrollaron un interés particular por la odontología, yendo frecuentemente de un lado a otro entre el patio de San Ignacio en el colegio y la “Playita” de la Javeriana. Allí, encontraban al Padre Donaldo, a quien veían como un filtro exigente pero garantizado para ingresar a la carrera. Para muchos, venir del San Bartolo ya era una carta de presentación en sí misma. Esta facultad no solo formó a generaciones de excelentes odontólogos, sino que también contribuyó significativamente a la salud oral del país.

Esta facultad, según se ha visto, marcó varias generaciones de odontólogos de excelentes calidades. A dónde vas, los odontólogos javerianos son un referente de profesionalismo, conocimiento

y calidad. Y esto, sin ser de exclusiva autoría de Donaldo, tuvo mucho de su mano, al combinar acceso a tecnología, buenas instalaciones, excelentes relaciones públicas y visión de largo plazo.

Años después, conocí el edificio José María Granados S.J. en Ciudad Bolívar, donde opera el Jardín Infantil “Caminos de la Vida”, nuestro orgullo. La historia detrás de este edificio también lleva el sello de Donaldo, quien con humildad y generosidad promovió la obtención de recursos a través de ASIA Bartolina para su construcción, en apoyo a las comunidades de Ciudad Bolívar.

Por último, y no menor, la sede que hoy tenemos, que en antaño era el depósito de víveres del Colegio, esdecirlaalacenaoeldepositodelmercado,sele debe a la gestión que el padre Donaldo hizo para nosotros, cuando como conciliario, labor en la que nos acompaño por más de 10 años, intercedió ante la comunidad y el colegio para que nos tuvieran presente y así poder tener presencia en ese gran edificio que nos recuerda la infancia. Una oficina, al lado de la imagen más querida por todos, nuestra querida Virgen de Fátima.

Los bartolinos le debemos mucho al Padre Donaldo. Sus obras, más que infraestructura, han sido plataformas para nuestro desarrollo integral como seres sociales, éticos y profesionales. Por eso, no es casualidad que hayamos decidido nombrar la sala de juntas de nuestra asociación en su honor. Esperamos que su visión, sensibilidad social y astucia guíen las decisiones que tomemos en el futuro.

Antes de la inauguración de la sala, realizamos algunas mejoras para modernizarla, con la esperanza de que sea un espacio utilizado no solo por nosotros, sino también por las futuras generaciones, tal como lo fueron la Casa Vieja y los Talleres de Arte en su momento. Es nuestra responsabilidad que el legado de Donaldo perdure y que las nuevas generaciones recuerden su nombre y su influencia en la historia del colegio.

Para Donaldo, solo podemos expresar nuestro más profundo agradecimiento.

Diego Dorado Bartolino 1986 - Presidente Asia Bartolina 2020-2022

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