En años recientes, la preocupación por la creciente inseguridad alimentaria ha llevado a distintos sectores sociales a buscar soluciones. No solo necesitamos fuentes de alimento para la ya grande población humana, sino que necesitamos que dichas fuentes sean sostenibles. El aumento de la población junto con el cambio climático,  la muy avanzada contaminación de los ecosistemas y la distribución inequitativa de los recursos nos han llevado al limite. Es a partir de  esta realidad que investigaciones como la mía buscan proponer nuevas alternativas de alimento que estén disponibles para toda la sociedad, que sean altamente nutritivos y que además no generen más contaminación.

Mi investigación de maestría se enfocó en la entomofagia, o hábito de consumir insectos. Los insectos son consumidos por distintas comunidades en el mundo, ubicadas principalmente en Asia, África y algunas regiones en Latinoamérica donde se consumen alrededor de 1900 especies distintas. Sin embargo, hay un gran tabú asociado a su consumo en el hemisferio Oeste ya que asociamos a los insectos con “suciedad” y por eso no nos apetecen. Este tabú se ha tratado de eliminar gracias a diferentes investigaciones que han demostrado que los insectos, como los grillos, tiene mayor cantidad de proteína que el ganado tradicional, que esta proteína es de mejor calidad, que además tienen muy poca grasa y su cultivo  es mucho más sostenible. Es debido a estas características que la FAO (Food and Agriculture Organization) propuso el cultivo de insectos como una de las soluciones clave para combatir la inseguridad alimentaria.

Conociendo lo maravillosos que pueden ser los insectos, me sentí muy atraída por este tema de investigación y decidí hacer mi maestría explorando qué otros beneficios, además de los nutricionales, podía generar el consumo de insectos. Considero que es un tema que seguirá cobrando importancia y el cual se puede desarrollar en Colombia, ya que la entomofagia no es del todo ajena para nosotros.

A futuro sería interesante trabajar con los insectos que consumimos de forma tradicional en Colombia, como por ejemplo la hormiga culona, con el objetivo de evaluar sus cualidades nutricionales y la posibilidad de producir alimentos a partir de ella. Al finalizar mi maestría me interesa regresar a Colombia para trabajar en el sector alimentario y seguir explorando las posibilidades de incrementar en consumo de insectos.