En la actualidad con los medios de comunicación, las redes sociales, los dispositivos digitales y cada uno de los componentes del ciberespacio surge una gran pregunta ¿cómo podemos fortalecer el desarrollo de la autonomía en los niños en esta sociedad tecnológica?
Esta pregunta inquieta a los padres de familia, a las instituciones educativas y a la población en general, ya que los medios digitales se visualizan como amenazas latentes de información continua que impiden mecanismos de control propios de nuestro tiempo para poder evitar que sus hijos en esta etapa de la vida sufran o sientan dolor con toda esta información que viene del ciberespacio.
En los últimos años, las generaciones de niños vienen haciendo preguntas sobre temas que antes eran tabú en las familias y esto aterroriza a la sociedad en general, pero también vemos como los jóvenes han ganado habilidades y destrezas que antes no tenían y las tecnologías han abierto una diáspora de posibilidades para conocer nuevos lugares del mundo y aprender nuevas lenguas.
Estamos como sociedad ante un reto que nos coloca como humanos en una situación confrontativa y de crecimiento. Los niños cada vez saben más y aprenden a gran velocidad, esto no quiere decir que los adultos estemos lejos de poder formarlos, al contrario, nos coloca en una posición interesante y de gran envergadura: poder, en la era digital, crear espacios de cuidado y protección de los niños haciendo vigentes los rituales o tradiciones familiares que enmarcaban relaciones de respeto y amor en familia. Por la cualidad de nuestros trabajos estos momentos se han perdido, horas dedicadas al tema laboral y en la noche a descansar en esta sociedad líquida que corre a gran velocidad.
Sin embargo, si cada día en mi casa yo le diera un tinte diferente, le colocara un nombre diferente a la comida, estableciera unas normas frente a los dispositivos digitales en la mesa de mi casa, recordara los momentos que hemos compartido juntos, llevara unas fotos de la familia y compartiera esos espacios; no tendría que delegarle la responsabilidad de la crianza de los niños y la culpa de todos los males de la sociedad a la tecnología.
La tecnología solo es una ayuda transitoria a todos los procesos de crianza, una extensión de nuestras habilidades, un elemento eficaz para obtener información pero no es el encargado de la formación de los niños. Nosotros creamos la tecnología y nosotros somos los responsables de cómo la utilizamos.
Es fundamental que dediquemos el tiempo a la formación de los niños en valores como el respeto a las personas y a la sociedad, acompañemos sus procesos de vida, hablemos de sus fallas y sus aciertos ya que es importante que aprendan a enfrentar la frustración y el dolor que causa adaptarse y vivir en sociedad. No les quitemos la posibilidad a los niños y jóvenes de ser responsables y autónomos de sus propias decisiones.
Tengan en cuenta las siguientes recomendaciones:
Cortesía de: http://www.sanbartolo.edu.co/
Elaborado por:
SERVICIO DE ASESORÍA ESCOLAR
PRIMARIA
Tomado de:
https://enmarchaconlastic.educarex.es/conectadoyseguro/pdf/guia_BPTic.pdf